martes, 8 de febrero de 2011

Día, 25 - 01- 2011

Día 25 - 01- 2011
En el segundo día de clases. La Profesora Eliana hizo un repaso de clase anterior y después pidió que disertáramos a respecto del tema dado como tarea el día anterior.
Citamos aquí un texto que puede nos ayudar a tener una idea mas elaborada de este tema tan importante para el aprendizaje de lenguas extranjeras

Para qué estudiar componentes culturales e interculturales.-

Ana Carolina Walczuk-Beltrão

*Hablar a los poloneses sobre la importancia de aprender lenguas extranjeras seria, por lo menos, algo obvio. Ya sea por el desenvolvimiento personal, por la concurrencia en el mercado de trabajo o por la necesidad de comunicación con hablantes de otras lenguas, los cursos de idiomas se proliferan por la Polonia, y las carreras universitarias dentro del perfil filológico y/o de culturas y literaturas extranjeras conquistan cada vez mas prestigio y popularidad. Al final, comunicarse con el resto del mundo – o por lo menos con el resto de Europa –, en la actual coyuntura política y económica, es necesario y también seductor. Pero, la mayoría de las personas que desean aprender una segunda lengua no perciben que alcanzar la “competencia comunicativa” – termino introducido por Dell Hymes en 1966 e que se torno un marco entre os sociolingüistas (Saville-Troike 2003: 4) – requiere mas que el conocimiento puramente lingüístico. Tomemos como ejemplo la expresión de pulidez en una lengua: para mostrar delicadeza y buena educación, no siempre basta conocer las expresiones lingüísticas – “muchas gracias”, “por favor” etc.; es necesario, sobre todo, saber lo que es considerado “agradable” dentro del grupo de hablantes y el momento adecuado para decir algo (Holmes 1992: 285). Es necesario entonces tener consciencia de que el acto comunicativo es permeado por la cultura de cada interlocutor, y para mostrar pulidez, es necesario entender los valores sociales de los grupos con los cuales ocurre la interacción (Ibíd.: 297). Según Saville-Troike (2003: 12 tradução minha), “[…] la interpretación de significados del comportamiento lingüístico requiere el conocimiento del significado cultural en que se encuentra inserido.” Así, muchos autores afirman que el aprendiz de una lengua, consigue ser de verdad “competente” apenas, cuando adquiere la capacidad de comprender las implicaciones socio-culturales del uso de la lengua, reflexionando sobre su propia cultura, sobre la cultura de la lengua-albo, y, todavía, sobre otras culturas con las cuales pueda haber alguna interacción. La lengua está invariablemente atada a la cultura. Los valores culturales son tanto reflejados, cuanto transmitidos por la lengua. Tal vez sea inevitable, por lo tanto, que la representación de la cultura entre implícita y explícitamente en la enseñanza de una segunda lengua” (Harklau 2004: 109, tradução minha).
http://iberystyka.uw.edu.pl/pdf/Itinerarios/vol-6/16_Walczuk-Beltrao.pdf.

Otra citación que nos parece importante y esclarecedora:
Moisés de Lemos Martins & Manuel Pinto (Orgs.) (2008)
Comunicação e Cidadania - Actas do 5º Congresso da Associação Portuguesa de Ciências da Comunicação
6 - 8 Setembro 2007, Braga: Centro de Estudos de Comunicação e Sociedade (Universidade do Minho)
ISBN 978-989-95500-1-8
El concepto de diferencia cultural también proporciona una orientación y preparación de un inventario de componentes culturales que probablemente intervienen en las interacciones personales o intergrupales, los cuales podrán explicar las repuestas diferenciales a los actos comunicativos. Pero, la dimensión crítica que la categoría de diferencia cultural representa no excluye el concepto de semejanza como otra dimensión de la comunicación intercultural. La teoría básica de la comunicación establece que la identificación de semejanzas entre los participantes es un aspecto importante de la interacción. Para que se pueda mantener una relación de comunicación establecida entre participantes de culturas diferentes, finalmente deberán llegar a un punto en que perciban mas semejanzas de que diferencias entre si. Algunos estudios sobre los contactos interculturales parecen reforzar esta creencia, y acostumbran concluir que cuanta mas información tengamos sobre os otros participantes, mas familiares nos parecerán y los consideremos mas semejantes a nosotros mismos. (Bochner, 1982).
http://lasics.uminho.pt/ojs/index.php/5sopcom/article/view/164/160.

Tarea:
Expresiones para utilizar en diversos contextos.

¡No me digas!
¡Que suerte!
¡Anda!
¡Total que al final!
¡Vaya¡
¡No que te pasó cuenta!
¡Menos mal!

Dialogo.-
¡Que semana más difícil!; ¡Menos mal! que hoy es viernes, no hoy es jueves, ah no ayer fue jueves. Hoy, viernes. ¡Qué lío!, ando perdido.

Un texto de bienvenidas.-
En clases.-
Bienvenidos(as) a las clases del segundo semestre del curso de lengua española, les deseamos a todos buenos estudios, que tengamos compromisos con los trabajos en grupo e individuales, mucha disposición para estudiar buena salud y alegría.

Dialogo.-
En la cocina.-
Josefa.- ¡Se acabó el gas Manuel!
Manuel.- ¡no me digas! Y ahora; ¿que haremos?
Josefa.- ¡anda a comprar rápido!

En la sala de estar.-
Hijo.- ¡mamá; encontré cien reales en la calle!
Mamá.- ¡que suerte! hijo vamos a comprar ropa para ti.
Mamá.- Fui al banco, después al supermercado; luego a la farmacia ¡total que al final! me quedé sin dinero y tuve que venirme a pie para la casa; ¡estoy cansadísima!

Dialogo con expresiones comunes informales.-
Dos amigos conversando.-
Pablo.- ¿te acuerdas Juan, de aquel día que me regalaron la bicicleta?
Juan.- ¡Si! me acuerdo bien
Pablo.- bueno; yo no sabía andar de bicicleta, y fui a meterme a la avenida Ataide Teive;
Juan.- ¡que lio! Pablo y ¡que te pasó!
Pablo.- ¡pasó un coche… a unos 80 por mi lado!
Juan.- ¡que susto!
Pablo.- perdí el equilibrio y ¡puf!!!! Me caí al suelo
Juan.- pero Pablo; ¡que desastre! Y dime ¿venían muchos coches?
Pablo.- ¡No! ¡Mi suerte es que el semáforo estaba en rojo! y ¡los coches parados!
Juan.- pero ¡que bien! ¡Que suerte! has tenido.
Pablo.- me levanté, tomé mi bici, y me fui para mi casa; a mi bici ¡se le quebraron los dos retrovisores!
Juan.- pero ¡que pena! ¡Que lastima! Vas a tener que comprar un par de retrovisores nuevos.

Otras expresiones comunes, en conversaciones cotidianas.-
¡Que te pasó!
¡Que raro!
¡Sabes lo que me pasó el otro día!
¡Que casualidad!
¡Que pena!
¡En serio!
¡Que susto!
¡Parece increíble!
¡Que desagradable!
¡Que lío!
¡Que curioso!
¡Que risa!
¡Que bien!
¡Que horror!
¡Es muy divertida!
¡No dime que te pasó!
¡Te he contado alguna vez lo que me sucedió el verano pasado! (año)
¡Que gracia!
¡Que desastre!
¡Mira resulta que...!
¡Pues estaba\iba!
¡Que vergüenza!

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